Por primera vez en el año, la mayoría de las producciones del país se ubican en terreno favorable. Seis actividades están en verde, ocho en amarillo y cinco en rojo. La mejora se apoya en la recomposición de precios y la estabilidad de algunos mercados.

El Semáforo de Economías Regionales que elabora Coninagro reflejó en su edición de agosto de 2025 (con datos de julio) una mejora general en el desempeño del sector agroindustrial argentino. Seis de las diecinueve producciones analizadas aparecen en verde, ocho en amarillo y cinco en rojo, configurando el primer balance positivo del año.
El cambio resulta notorio si se compara con el informe de mayo, cuando solo tres actividades estaban en verde y nueve en rojo. Según los técnicos de la entidad, el repunte responde a «una recomposición del componente negocio», es decir, una mejor relación entre precios y costos después de varios meses de márgenes deteriorados.
El semáforo mide 19 cadenas productivas en base a tres factores: negocio, producción y mercado. Cada uno tiene la misma ponderación en la calificación final, que se expresa con los colores verde (resultado favorable), amarillo (intermedio) o rojo (crítico).
En la última edición, los sectores bovino, porcino, avícola, ovino, de granos y de peras y manzanas se ubicaron en verde. En amarillo figuran algodón, forestación, miel, maní, leche, tabaco, cítricos dulces y mandioca. Permanecen en rojo el vino y mosto, la yerba mate, el arroz, la papa y las hortalizas.
Entre los cambios más destacados, los granos y el complejo de peras y manzanas pasaron del rojo al verde, mientras que la mandioca avanzó de rojo a amarillo. «El principal cambio se observó en los precios: varias producciones lograron valores por encima de la inflación, lo que permitió recomponer márgenes», explicó el informe.

Precios que ayudan, pero no alcanzan para todos
En julio, el precio promedio del kilo de hacienda bovina alcanzó los $3.239, con un alza mensual del 3% y una suba interanual del 46%, por encima tanto de la inflación (33,6%) como del incremento de costos (39%). En el caso de los granos, los precios al productor crecieron 33% interanual, prácticamente en línea con el índice general de precios.
No todas las cadenas corrieron la misma suerte. El arroz, por ejemplo, continúa en rojo con un valor promedio de $200.000 por tonelada, lo que equivale a una caída real del 50% interanual. En el vino y mosto, la baja del consumo interno y la menor demanda externa mantuvieron la rentabilidad en terreno negativo. En hortalizas, el aumento del 63% mensual del precio promedio se explicó casi exclusivamente por el tomate: si se lo excluye, el promedio general habría caído 6% mensual y 19% interanual en términos reales.
Un respiro para la carne y los granos
El componente «mercado» también arrojó señales mixtas. Las cadenas de carnes y granos mostraron mayor dinamismo exportador, mientras que las producciones más dependientes del mercado interno -como yerba mate, vino o hortalizas- siguen enfrentando un escenario de baja demanda y costos ajustados.
«En varios casos, los precios comenzaron a acompañar de manera más estable el aumento de los costos, lo que permitió recuperar competitividad. Sin embargo, persisten tensiones en los rubros con escaso poder exportador», señaló Coninagro.
Una herramienta para seguir la pulseada del interior
Desde 2018, el Semáforo de Economías Regionales se consolidó como un termómetro de las 19 principales producciones agroindustriales del país, las cuales concentran buena parte del empleo y las exportaciones del interior.
En esta edición, la proporción de sectores en verde superó por primera vez en el año a los que permanecen en rojo. Un dato que, según Coninagro, «muestra una leve pero sostenida mejora en el equilibrio general» del mapa productivo argentino.