Se trata de un flujo que siempre es recibido con los brazos abiertos por el gobierno de turno.

El agro se ubica, una vez más, en el caballito de batalla de la economía argentina
En una etapa clave del año, hay expectativa por la contribución que puede hacer el agro en términos de ingresos de dólares a Argentina. Según escribió el periodista especializado, Claudio Gianni, en Infobae, el sector aportaría más de 30 millones de dólares al mercado de cambio.
Sobre ese dato, mencionó que los cálculos los realizó la Bolsa de Comercio de Rosario. Con esa oferta total de divisas del agro, la que se espera que se ubique en los 30.800 millones de dólares, 24.600 millones de la moneda estadounidense se volcarán en el Mercado Libre de Cambios (MLC) y otros 6.200 millones a los dólares financieros, suponiendo la continuidad del dólar blend hasta fin de año.
“El desempeño del sector agrícola tiene una relevancia especial en la hoja de ruta del Gobierno. A decir verdad, de este y de cualquier otro; la dinámica de reservas es fundamental y las declaraciones juradas marcan el ritmo de ingreso de dólares al Banco Central (BCRA)”, explicó.
Y continuó: “La reducción en los derechos de exportación planteada meses atrás no dio el resultado esperado, pero tampoco se puede decir que ha pasado inadvertida. Entonces, queda claro que el sector agropecuario no afloja a pesar de que lo ayudan bastante poco, y no es su responsabilidad que las reservas netas del BCRA sigan en territorio definidamente negativo. De lo que no hay dudas es que el país necesita apurar una fuente adicional de generación de divisa”.

Ecolatina ha destacado que la cadena agroindustrial representa cerca del 17% del PIB; es el principal generador de divisas, concentrando el 65% de las exportaciones totales, y origina de forma directa el 12% del empleo privado registrado del país. De ahí que el propio Milei ha recordado recientemente que “cuando al campo le va bien, al país también le va bien”. Sabe perfectamente por qué lo dice.
Y no fue solo el clima el responsable de erosionar los ingresos del sector más dinámico de la economía. Los precios internacionales han caído sensiblemente, y ahora se agrega la guerra de tarifas planteada por Donald Trump. La experiencia de la primera presidencia del republicano demuestra que nadie gana esta batalla y que las cotizaciones de los commodities agrícolas terminan deteriorándose un poco más.